Médicos del Mundo

lunes, 24 de febrero de 2020

Calma y serenidad

Tengo la sensación de que somos más bien pocos los que seguimos navegando por los blogs (:O!!!).

En mi caso, también tengo parte de culpa en eso, ya que el mío, pobrecito, lleva abandonado ya unos cuantos meses.

Ya ha corrido tiempo. Tempestades. Dificultades (y algunas más que quedan).  Y, a las puertas de terminar la especialidad, se abren varios interrogantes en mi futuro.

Trabajar como médico de familia me gusta. Mucho.

Y animo a quien le guste el trato con el paciente, cercano y humano, así como la medicina en todas sus facetas (generalista y también de urgencias) a hacerla. Somos el pilar del sistema sanitario actual, un eje sobre el que rotan muchas otras cosas, y somos importantes.

Aunque alguno lo olvide, lo niegue o nos ningunee.

Somos, también, de otro modo, Especialistas.

Y si, me encanta, y sí, como R4 solo estoy empezando, aún.

Me gustaría estar un tiempo en consulta, si bien a veces me planteo otras cosas... El tiempo dirá.

Creo que cada uno debe estar, por un lado, donde más le guste, y, por otro, donde más útil resulte al aplicar su experiencia profesional y personal.

Lo ideal, es que ambos coincidan y que, el amor por lo que haces sumado a tus conocimientos y experiencia, actúen como catalizador para tratar lo mejor posible, a tus pacientes.

Así que, finalizo este post con esta reflexión, sobre todo para aquellos a las puertas de prepararse el MIR.

Piensen que el MIR es solo una etapa, un tiempo de estudiar más que nunca en sus vidas, con mucha presión, pero se acaba.

Y también, a modo de consejo y ya para más adelante, que piensen, bien, con tranquilidad y responsabilidad si "se ven" en "X especialidad" dedicándose a eso en cuerpo y alma durante años.

La "numeritis" es como un mal virus, y se pasa. Al final acabarás siendo un@ más en una profesión que, si no te gusta, te hará sufrir. Todos somos distintos. Con personalidades diferentes. Unos más analíticos, otros más dinámicos, sociables e introvertidos, algunos especialmente independientes... Si tu profesión encaja con cómo eres, todo será más fácil. Y, si llegado el momento se les revela que no pueden dedicarse a lo elegido, cambiar de rumbo es de sabios ;) He visto todo tipo de perfiles de Residentes de Familia y el hecho de tener la nota no implica que sea lo mejor para tí.

Sean consecuentes y ¡¡¡mucho ánimo!!!


Y como mantra: Calma y serenidad.

Un abrazo. Embed from Getty Images

domingo, 14 de abril de 2019

Polifacética

Me han encasquetado recientemente ese adjetivo.

Y la verdad es que no paro, entre conducir (sacarme el carnet), clases de guitarra, fotografía y, por supuesto, medicina, son unos cuantos palos distintos que tocar, pero que me llenan de vida.

Además, noto que voy "encontrando mi sitio" (sí, ya sé que soy R3 y debería haberlo encontrado antes... supongo, pero es así como lo siento). Voy encontrando en mi ruta personas geniales que llenan mi vida de color, sonrisas y alguna lágrima, para enriquecernos mutuamente y compartir el camino, que así se hace más entretenido, más liviano, más interesante y, sobre todo, más Vivo.

Porque, ¿qué sería de la vida sin las personas con las que la compartimos, sin las emociones, sin los sentimientos?

Algo vacío, materialista, hueco.

Solitario.

Y no tengo ganas de eso.

Al menos ya no.

Ahora que "me" encuentro, no quiero volver a abandonarme.

Así que toca seguir remando.

Y compartiendo.

Buenas noches.



sábado, 3 de noviembre de 2018

Mandando señales

Muchas cosas han cambiado en este tiempo, creo que en general para bien.

Me apasiona la medicina y me siento "más médico" que antes. Una frase recurrente me viene a la mente: "Uno no es médico, se hace médico".

Es decir, sí, apruebas una serie de prácticas y exámenes en la carrera... pero médico, te HACES después.

Cuando te curtes en las guardias, cuando te implicas con el paciente, cuando empatizas... cuando regresas a casa con más conciencia de tus lagunas y decides estudiar porque conoces el peso de la responsabilidad.

Y... no sé. Quien lo ha  vivido lo sabe.

Y a quienes estén en ruta, cerca de convertirse en residentes, les diré que sí, es duro. Pero que no me arrepiento en ningún momento de haber "escogido el camino difícil" y dedicarme a ser/convertirme en médico.

Porque la satisfacción que da acompañar y, a veces, curar, no se equipara a nada.

Porque he encontrado mi sitio.

Y, si tienen vocación, encontrarán el suyo también en esta profesión que, no es sólo "trabajo" sino también una forma de ser, de estar, de vivir en el mundo. Una forma de vida.

Y, entre medias, que no olviden su Humanidad y todas esas personitas que habitan el mundo y, sin ser profesional sanitario, enriquecen el nuestro.

Entrar y salir de la burbuja, también es parte de la clave.

Y vivir.

domingo, 21 de enero de 2018

Winter is here

Y con el invierno las epidemias de gripe, catarros comunes y sus variantes que hacen aparición en las urgencias de nuestro hospital descompensando a los más frágiles, a quienes su equilibrio homeostático estrecho pone contra las cuerdas cada uno de estos virus estacionales.

Mientras, la vida sigue, los días se suceden, las páginas, los estudios leídos, las sonrisas y lágrimas, cafés compartidos y momentos de complicidad con compañeros, amigos, pacientes y familiares.

Cada vez valoro más esas "otras cosas", el hacer (aunque también estudie), el hablar, conversar, compartir.

Me enriquecen y trato de aportar mi lucecita en la oscuridad, como creo que todos tratamos.

Navegando en estas aguas turbulentas, saltando ola tras ola, sorteando la enfermedad como buenamente podemos y descubriendo que a veces... tampoco se puede.

Que sólo somos ese colchón, esos guardianes ante la puerta que, inetivablemente, todos franquearemos.

Pero mientras la vida brille,

que nos quiten lo bailao.

sábado, 4 de noviembre de 2017

Resiliencia


Este concepto me ha animado muchas veces. Y, en mi cabeza, va ligado a personas muy importantes para mí que, a su vez, fueron resilientes en momentos difíciles y permanecen como prueba viviente de que "se puede".

Así como me recuerda a quienes confiaron en mi fortaleza y se mantuvieron cerca para recordarme que sí, yo también soy resiliente.

Y así, despacito y con buena letra, disfrutando de las pequeñas alegrías cotidianas, creando positividad también, mi trocito de luz en medio de la oscuridad, voy andando.

Y vamos andando, muchos también, reconociéndonos como faros en la noche.

Construyendo.

Por un mundo mejor, así sea en nuestro entorno más cercano, siempre hay algún granito que aportar.

Buen fin de semana.


miércoles, 1 de noviembre de 2017

Continuad, resistentes

Los días se suceden mucho más rápido de lo esperado, de puente en puente, de guardia en guardia, de servicio en servicio, de semana en semana.

Caras que se graban, pacientes que van y vienen, que te encuentras en el momento menos pensado, sonrisas y lágrimas.

Cursos, ahora sí, muchos cursos, refrescar, compartir, encontrar lagunas, rellenarlas.

Vacaciones, en medio de la subida escalonada de esta montaña, donde descansar las piernas, reponer energías, reamueblar la cabeza que se quedaría desangelada sin nuestra propia humanidad, recuperar y fortalecer lazos, con la familia, con los amigos, con quien nos quiere y aprecia de verdad.

Y el latir de un corazón que se siente, que calienta por dentro, que se aviva según con quién y nos recuerda que amamos y, por ende, estamos vivos.

Y, como último recordatorio, que es esta, nuestra capacidad de amarnos a nosotros, a los demás, al ser humano, la que nos hace grandes, la que le da sentido a todo.

Y sí, aquí seguimos, caminando, escalando, Resistentes.
 

domingo, 30 de julio de 2017

Un largo sueño

Amargos recuerdos enredaban su alma atribulada. No quería desenredarse por dentro, le dolía cada día pero volvía a ellos, eran todo cuanto tenía, o eso creía.

Aunque le quedaba un amante. Ese licor que le quemaba la garganta, le calentaba el corazón y le hacía, por unos momentos, la vida diferente. Una parte de sí se disolvía, sin embargo, y los días pasaban uno tras otro como en un sueño extraño.

No eran pocos quienes llamaban a su puerta, desde "el otro lado" proclamando las bondades del mundo sin el velo del alcohol empañando su mirada.

Y, su mirada, se dirigía en dirección contraria.

No podía, no sabía, no quería ver.

Hasta que, en forma de amor inesperado, una mano se abrió paso entre las tinieblas de su alma, arrancándole de ese dolor, ese apego, esa enfermedad, ese alcoholismo.

Ya había olvidado cómo comenzó.

Pero recordó algo.

A sí misma.

(Chavela Vargas vivió 20 años de su vida en el alcoholismo para, con 72 años, cosechar los mayores éxitos musicales de su vida. Guerrera y valiente, luchó por su identidad en un mundo que la rechazaba)